autopoema sin piedad.







azul difícil.

las manchas muy sutilmente recostadas en las paredes de la cocina de mi casa no deberían moverse, deberían simular segundos en los que yo estoy quieto, en los que de manera apretada intento distinguir de entre mis palabras y las cucarachas, que a veces parecen ser tan sólo manchas muy sutilmente recostadas en las paredes de la cocina de mi casa y si no saben hablar de dónde vienen entonces esas voces que me dicen cosas parecidas a las que dicen las manchas, sobre todo cuando son o parecen cucarachas, animales imparciales, exangües.

por qué hablo yo de manchas y cucarachas, será por lo que sale de mi boca cuando digo cualquier cosa o será algún viento confundiéndome el cerebro y mi forma de atacar a los demás de la manera en la que debería castigarme a mi, yo mismo y sin piedad.

con piedad.

dónde olvidé mis cantos a los cielos, a las nubes pasajeras cargadas de agua por caer y hacernos estar en esta historia, que por demás trata de dos que a veces se hacen uno, aunque desconfíe absolutamente de la matemática y su supuesta exactitud; del clima en buenos aires; de mis pensamientos sobre tí, sin tí en ellos; cuatro, tres, dos, uno, trescientos setenta y tres números saltando desde el balcón improvisado en casa, en un ventoso pulmón ajeno a mi pasado y que no volveré a repetir.

seguro estoy de que mis palabras, qué intestinos estoy diciendo?

basura, piel.

hjuo alonso

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